Qué Vinos te Recomendamos para la Cena Navideña

Momento de júbilo del año en el que nos reencontramos con personas queridas que no vemos normalmente. Amigos y familiares que llegan del extranjero dispuestos a compartir con jovialidad las festividades de fin de año y, en especial, la Navidad.

Hemos abordado este tema en particular en dos ocasiones anteriores, las que estamos seguros, cumplieron cabalmente con el rol de ayudarlos a elegir el vino correcto. El objetivo es siempre simplificar esta tarea.

Esta vez pensamos en vinos que hayan estado en contacto con madera, sea que ésta haya sido utilizada durante el proceso fermentativo, o para la crianza, o en forma de virutas. Cada una deja una impronta en el fermento: notas de frutos secos, sensaciones mantequillosas, aromas y sabores de migas de pan, toques ahumados y de resinas aromáticas, y  de pastelería. Sin embargo, lo mencionado no es para nada excluyente al momento de elegir vinos que posean alguna característica especial: rieslings, lambruscos, vinos de aguja.

Dos cosas para tener en cuenta: la temperatura de servicio del vino y el volumen alcohólico. Si somos exigentes con la temperatura de nuestras comidas, ¿por qué no serlo con el vino? El vino, por lo general, no debe pasar de los 19°C. Y en estas épocas del año, ya tenemos entre 22° y 23°C. Lo segundo, es que los vinos no vayan más allá de los 14% de Vol.Alc. La cena navideña es variada, pero para nada, pesada (muy especiada, carnes rojas grasas). El vino debe poseer una textura media a ligera.

Qué Vinos te Recomendamos para la Cena Navideña

Si empezamos con entremeses y piqueos, podemos elegir un espumante brut o un vino rosado liviano. Algún vino blanco levemente dulce, con bajo volumen alcohólico (7 – 9%) es una excelente alternativa.

Pavo: aquí busquemos “blends” tintos o vinos de uvas como la Merlot, Pinot Noir, Garnacha, Tempranillo o Zinfandel, que destaquen la fruta y, en donde, la madera sea un sutil soporte (Cosecha o Roble p.ej.). Un vino de Chardonnay con corto tiempo de crianza armoniza perfectamente. Mucho mejor si no pasan de 13.5% de Vol. Alc.

Chancho: con este tipo de carne se abren muchas posibilidades. La grasitud del corte, la sal, la salsa que acompaña y la forma de prepararlo, serán gravitantes al momento de seleccionar el vino. Desde un Malbec, Syrah o Tempranillo con crianza media, pasando por un Chardonnay con barrica, hasta un rosado intenso, pueden hacer un magnífico ensamble. Quedémonos con aquellos que salpiquen rica acidez al paladar.

Salmón: una elección muy poco o casi nada recurrente, pero que bien puede convertirse en una atractiva opción. Acompañado de una ensalada, verduras grilladas o un puré, hará que tu cena navideña sea toda una experiencia culinaria. La carne grasa del salmón demanda una buena dosis de acidez, que podemos conseguir de rosados españoles, de Pinot Noir del “nuevo mundo”, de Riesling Kabinett o Spätlese Trocken (seco), de un Borgoña blanco o, si tienen la suerte de conseguir, de un Aligoté. Opcionalmente, un Chardonnay reserva de California, Argentina o Chile le van bien. Si ese salmón está marinado con limón, podemos pensar en vinos de Albariño, de Verdejo o algún Sauvignon Blanc.

Nota: una copa adecuada no sólo nos hará percibir y disfrutar mejor sabores y aromas, también mantendrá perfectamente la temperatura del vino.

Distingue tu cena navideña con un vino que realce ese trascendental momento de unión familiar. En La Canastería te ofrecemos una guía profesional.

Roberto Viacava Duffy, Sommelier y Consultor en Vinos y Bebidas Espirituosas. Colaborador de La Canastería.