Damos inicio con un “terruño” al que le tenemos mucha predilección: Luján de Cuyo. Esta zona está ubicada en la parte alta del río Mendoza y es la que detenta mayor prestigio dentro de lo que se denomina “Primera Zona” de cultivo; no sólo por ser un lugar emblemático y tradicional para la producción del vino, sino también por la gran concentración de bodegas que hay en ella.
Para agregarle aún más lustre a su bien ganado título de “Tierra del Malbec”, podemos afirmar que detenta la primera D.O.C. establecida dentro de Sudamérica. Esto con el objetivo de resguardar las cualidades y el carácter singulares de la Malbec, así como de otras variedades cultivadas dentro de la Denominación.
¿Qué características particulares hacen que Luján de Cuyo tenga vinos en los que el “Terroir” se bebe?
Diremos que la Malbec, que llegó a Luján alrededor de 1861, se siente muy a gusto en este paraje. Lo mismo le sucede con la Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc y Chardonnay. Como ven, son todas uvas que necesitan de extensos días cálidos y noches marcadamente frías, para que a través de una lenta maduración fijen bien taninos, pigmentos y aromas. La naturaleza, además de proveerla de variados microclimas en un espacio realmente reducido, fue magnánima y la dotó de suelos variados: aluviales con grava y arenilla, francos y pedregosos (canto rodado). Cada uno albergará a las uvas que se adapten mejor a su composición natural.
La irrigación es por canales para las zonas bajas ubicadas al este, y por goteo para las áreas más elevadas. No nos olvidemos que Mendoza es un oasis, por que el agua debe ser asignada y utilizada eficientemente. Que el agua llegue a los viñedos por canales aporta una dosis adicional de limo y arcilla.
Los viñedos que están ubicados a una altitud mayor se beneficiarán de una mejor exposición solar. Generalmente, son las plantaciones que se encuentran entre los 850 y 1,000 msnm. Pero mientras más cercana estén a la cordillera, tendrán mayor elevación y mejor inclinación. Elementos fundamentales para lograr una correcta maduración de la uva.
Dentro de Luján de Cuyo encontramos algunas subzonas que por mucho tiempo han venido descollando: Agrelo y Alto Agrelo*, Perdriel*, Vistalba*, Las Compuertas*, Ugarteche, Chacras de Coria y Carrodilla. (*) Áreas de mayor altitud y de clima más fresco.
Se dice que en Agrelo se elabora el más “terroirista” y distintivo de los Malbecs argentinos: intensidad en frutos rojos y especias, taninos robustos, muy sólido y con un carácter inconfundible. Del Alto Agrelo provienen vinos con mayor concentración de taninos y con una coloración y aromas muy considerables. Bodegas con base en Agrelo para destacar: Catena Zapata, Chandon, Séptima, Dominio del Plata, Tapiz y Bressia. Poseen viñedos en esta zona: Alta Vista, Escorihuela y Gascón, Norton, Nieto Senetiner y Finca La Anita.
En Chacras de Coria están plantadas las vides de Malbec de mejor y más fino linaje de la Argentina. Es lo que los ampelógrafos llaman “vid madre portadora” o “pie madre clonal”. La mezcla de arcilla, arena y piedra de su suelo otorga suavidad, calidez y un carácter especiado a sus vinos. Una pena es ver la disminución de viñedos en este lugar que han sido arrancados para dar paso a proyectos urbanos exclusivos. Bodegas: Alta Vista.
Ugarteche ofrece vinos de buena intensidad alcohólica y de fruta muy madura. Taninos pulidos y chirriante acidez, produce vinos suculentos. Bodegas: Trapiche, Pulenta Estate y Doña Paula son para resaltar.
Vistalba, Perdriel y Las Compuertas poseen vides muy antiguas y sus vinos lucen un bien ganado pedigrí.
Que nuestro próximo vino sea de Lujan de Cuyo, una extraordinaria zona en el que el “terroir” se deja beber.
Roberto Viacava Duffy, Sommelier peruano y Consultor en Vinos. Colaborador de La Canastería.