La “Aimable” Viognier

La "Aimable" Viognier

Probablemente has tomado la acertada decisión de llevar un vino blanco para al almuerzo del Día de la Madre. Sin embargo, no quieres caer en el espacio común de lo “predecible”, y quieres alejarte un tanto de los Sauvignon Blanc o de los Chardonnay. Bueno, te tenemos una buena noticia; hay vinos de una uva blanca francesa (aquí la constante rutinaria del origen es bien aceptada) afincados hace unas décadas en nuestro mercado, que al parecer no reciben mucha atención: son los vinos de la Viognier. Aprovecha que este 29 de abril es el International Viognier Day para buscarla en los estantes o en las góndolas de las tiendas especializadas.

Tenemos que agradecer a un puñado de testarudos y bien intencionados productores del valle del Ródano, que la salvaron de la casi completa extinción hace unos 40 años atrás. Si bien es una uva que ha pululado en el Ródano francés desde hace unos 2,000 años, sólo quedaban unas 8 hectáreas de unas mal cuidadas vides en Condrieu durante la década de los 60. Probablemente, haya sido su baja productividad la que jugó en su contra. Medio siglo atrás, el foco estaba puesto en maximizar la cantidad sobre la calidad.

Podemos confesar con total honestidad que nuestro enamoramiento con esta uva fue inmediato, y ocurrió durante una cata en la que un Viognier argentino era parte de un selecto grupo de vinos. Han pasado casi dos décadas de esta afortunada experiencia, y aún los aromas y los sabores percibidos permanecen grabados vívidamente; flores blancas, miel, duraznos, cítrica y mineral acidez y un apreciado punto de untuosidad confluyeron perfectamente.

¿A qué huele la Viognier?

Los primeros descriptores son el durazno, el albaricoque (abricot), especias dulces, anís, flores blancas, que, dependiendo del momento de la vendimia, pueden ser aromas más potentes, o más elegantes y sutiles. Toques de miel, savia, polen o cera de abejas completan mayormente la paleta olfativa.

La "Aimable" Viognier

¿Cómo se manifiesta en el paladar?

Aquí los vitivinicultores y los enólogos deben hilar fino, porque si se recoge temprano se gana en acidez, pero se pierde en carga aromática, y, si se vendimia de manera tardía, se escapa la tan ansiada acidez, con lo que se borra todo rastro de frescura que pueda poseer el vino. Así mismo, la untuosidad, que le aporta personalidad a la Viognier, va de la mano con una adecuada madurez, liderada por una oportuna concentración de sus azúcares (13% a 14% de Vol. Alc.).  Para que este vino llegué con crujiente acidez, intensidad de sabores y aromas, y untuosidad proporcionados, es necesario que el “terroir” trabaje a la perfección. Si todo es favorable, el producto final es un completo deleite. Cabe mencionar que esta uva no se lleva nada bien con el roble, así que no esperemos ningún elemento olfativo o de sabor que provenga de él.

¿De Dónde?

A.O.C. Condrieu (Francia): la producción es muy pequeña y, sus vinos son de los pocos vinos caros en el mundo, que no reciben ninguna crianza en barricas. Dentro de esta apelación existe una sub-apelación: Château-Grillet, de unas 4 hectáreas aproximadamente. Tomarlo es una experiencia única en la vida.

Australia: En los valles de Australia del Sur y de Victoria se elaboran destacados ejemplares con esta uva. Sin embargo, debemos destacar algunos productores como Yalumba, por ejemplo. Busquemos aquellos vinos que no bajen de 13% de Vol.Alc. ni pasen del 14% de Vol.Alc. Sobresalen los valles de Barossa, McLaren Vale, Eden Valley y Geelong.

Argentina: Agrelo en Mendoza, y algunas áreas del Valle de Uco son las que llevan cierta delantera sobre las demás. Existen 780 Ha. de esta uva en el país gaucho, y en Mendoza se concentra el 60% del total. Una inteligente elección cuando se busca un Viognier de excelente relación calidad-precio.

Viognier, un vino blanco que seguramente amenizará el almuerzo a nuestras mamás y dejará una grata y duradera impresión.

Roberto Viacava Duffy, Sommelier peruano y Consultor en Vinos. Colaborador de La Canastería.