Ernesto Catena Vineyards es una obra de arte en constante metamorfosis, creciendo bajo una filosofía biodinámica y natural, donde todos los elementos que la componen trabajan en sincronicidad.
Fundada en el año 2000 por Ernesto Catena, vigneron de cuarta generación de ascendencia italiana, desarrolló su propio estilo vitivinícola, “El camino del Artista”.
Ernesto ve como su misión transformar la viticultura en un verdadero arte. Como la pintura, la música o la danza son formas de arte, cuando se realizan con sentimiento, cuando salen del alma…
Ernesto y todo el equipo admiran las tradiciones locales, Incas y Mayas. La mayoría de los edificios de la finca están inspirados en la arquitectura precolombina.
“Creemos en la agricultura orgánica y biodinámica certificada y en la conexión entre nosotros, la naturaleza y el universo”. Buscan que su viñedo refleje sus creencias. Así que para entender completamente quiénes son y de dónde vienen, hay que visitarlos en Vista Flores, Mendoza, al pie de los Andes.
“Soy un creador de vinos y regalo sensaciones”
Ernesto Catena se formó en ciencias económicas en Estados Unidos con un master en diseño en Italia, Catena aporta hoy una visión nueva a la industria vitivinícola argentina que pelea por un lugar entre las más destacadas del mundo.
Ve como su misión transformar la viticultura en un verdadero arte. Creciendo en un mundo rubí, en cada botella que elabora, o mejor dicho, crea, él antepone su mirada estética. Se define como un hedonista, un hombre apasionado y amante de la belleza. Será por eso, tal vez, que le resulta casi igual de complejo elaborar un buen vino como diseñar una buena etiqueta.
Su estilo, como no podía ser de otra forma, es la diversidad, la búsqueda constante de las mejores uvas, allí donde estuvieran; seleccionando entonces, diferentes viñedos para distintas variedades, donde el terruño y el clima indicaran que las mismas lograrían su mejor expresión, eligiendo a pequeños productores para colaborar con ellos y trabajar juntos para obtener la mejor uva y lograr así vinos con identidad propia.
Todo esto, y algo más, encierra este novedoso proyecto Ernesto Catena Vineyards, donde una vez más, su identidad vitivinícola y su amor por la tierra mendocina, quedan plasmados en grandes vinos. Son vinos del nuevo mundo, vivaces y a la vez extravagantes que tienen la mano de un autor, viajero incansable y conocedor de diferentes viñedos del mundo.
Ernesto, apasionado y sensible, tiene una filosofía de elaborar vinos de calidad ultra premium. La bodega tiene un público muy particular sin duda, que está en la búsqueda de algo distinto, innovador.
“Un secreto que se descubre a través de los sentidos”
“En Domaine Almanegra no queremos analizar, evaluar o comparar vinos como si fueran cosas sin alma. Preferimos cerrar los ojos y perdernos en los aromas y sabores de las uvas, y dejar que nos lleven a volvernos vino”
Vino tinto Alma Negra
Una puerta abierta a los bosques de frutas rojas. Un pasadizo mágico sobre colchones de cerezas, moras y registros ahumados que flotan en el aire. Un vino con cuerpo y alma, de color intenso y eléctrica compañía. En boca maravillosos destellos de madera y un final herbáceo y memorable. Una fotografía inquietante e indestructible de todo lo que está bien en un vino.
Locación de los Viñedos: Valle de Uco, Mendoza – Argentina
Vino tinto Gran Alma Negra
De un color rojo rubí profundo. Posee aromas de moras trituradas, chocolate amargo y regaliz especiado por el roble. Se ofrece sutil y especiado con una dulzura insinuante y una leve faceta medicinal. Posee un final con taninos de gran carácter.
Maridaje:
Marida muy bien con un lomo de cerdo acompañado de batatas crocantes y chutney de frambuesas, así como las carnes rojas y pastas rellenas.
Vino blanco Alma Negra
Al respirar, un árbol de peras y avellanas se sacude sobre un pequeño jardín de flores blancas. En vista muestra un amarillo manso con destellos trigueños. Su paso por madera y su desenchufada acidez reflejan una potente juventud
Locación de los Viñedos: Valle de Uco, Mendoza – Argentina
Espumante rosé Alma Negra
Miles de burbujas afinadas como una orquesta eterna muestran de cerca la acidez propia de este espumante. Un canto a la fermentación y al terruño, desde su color hasta su aroma. Un balance perfecto para la vista, la nariz y la boca. Un péndulo entre cielos y pieles naranjas, aromas a frutos secos y fresas. Una despedida liviana, destellante y continua. Una nota musical que nunca termina de apagarse.
Locación de los Viñedos: Uco Valley, Mendoza – Argentina.
Método de elaboración: Champenoise
“La fuerza se esconde en lo profundo de la tierra… en el interior de las cosas”
Siesta en el Tahuantinsuyo malbec
A la vista presenta un color rubí, con reflejos púrpura superficiales. En nariz se comporta como una bomba de frutos maduros dejando notas de caramelo. Hurgando en la copa aparecen frutas negras frescas, pimienta y algo de licor de cassis. Exhala pimienta blanca y violetas. De paladar amplio, musculoso, con buena persistencia y dejos de chocolate y confituras. Es un vino de cuerpo completo, paso fluido, taninos dulces y gran expresión frutal.
Maridaje
Ideal con una carne roja asada bien condimentada o un lomo apanado con especias negras.
Siesta en el Tahuantinsuyo cabernet franc
Vino de intenso color rojo rubí con aromas a fruta madura, moras negras, compota de ciruela, higo caramelizado con vainilla y pimiento dulce. Máxima expresión del terroir en Vista Flores con gran cuerpo, complejidad, involucrada acidez y taninos presentes. Sofisticado y untuoso, se abren sabores de hierbas aromáticas y a cacao con cada copa. Persistente en boca con retrogusto a arándano y pimienta negra.